IZQUIERDA UNIDA Y PODEMOS CULPAN A LOS GOBIERNOS DEL PP DEL MAYOR IMPACTO DE LA COVID EN BARRIOS DE MENOR RENTA

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Publicado:19 de Abril de 2021
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La confluencia de Izquierda Unida y Podemos responsabiliza a las políticas que durante más de dos décadas vienen desarrollando el alcalde y los distintos equipos de gobiernos encabezados por el PP del terrible impacto del Covid en los barrios con rentas más bajas y mayor densidad de población. “El principal problema de Málaga es la desigualdad, lo que requiere políticas públicas desde el Ayuntamiento para corregir la brecha de desigualdad que separa a los malagueños. Urge poner en marcha un plan a través de un aumento de las políticas sociales, la mejora de los espacios públicos y el fortalecimiento de los derechos y garantías de una vida digna para todos los vecinos independientemente donde vivan”, reclama el concejal de la confluencia, Nico Sguiglia.
El concejal de la coalición de izquierdas considera que “el avance de datos de un estudio elaborado por instituciones contrastadas como la Universidad de Málaga, la fundación CIEDES o el OMAU es muy contundente y revelador de las injusticias sociales, la desigualdad y los desequilibrios internos que sufrimos en Málaga desde hace años como consecuencia del modelo de gobierno del PP y que se han revelado en toda su crudeza con motivo de la pandemia. Se trata de un estudio fiable, elaborado a través de un grupo multidisciplinar con un muestreo amplio de datos recabado del SAS y el SEPE, además de 3.800 encuestas telefónica. Queda claro que el virus no elige a sus víctimas, pero que la pobreza y la precariedad han provocado más contagios y muertes entre la población más vulnerable”.
La concejala portavoz de la coalición de izquierdas, Remedios Ramos, explica que “la ratio de zonas verdes en las barriadas más pobladas de Málaga es muy inferior a los valores recomendados por la UE de 20 m²/habitante, basta solo atender que en Cruz de Humilladero, Carranque y Los Corazones la ratio es de tan sólo 2,39 m²/habitantes o que en el sector de la Rosaleda (Trinidad, Carlinda y Miraflores) es de sólo 1,96 m²/habitante. Se trata de auténticos bosques de hormigón y, a pesar de esta enorme masificación, el alcalde viene aprobando convenios urbanísticos especulativos, como Repsol, La Térmica, Flex, Málaga Wagen, Cortefiel o Martiricos, para recalificar los terrenos industriales ubicados en barrios muy densamente poblados, en lugar de aprovecharlos para mejorar la salud y la calidad de vida de los habitantes mediante nuevas zonas verdes y áreas de esparcimiento, tal y como se ha hecho en numerosas ciudades europeas y españolas”.
Ramos aboga, como refleja el propio informe, por “llevar a cabo actuaciones preventivas y que las políticas post Covid tengan en cuenta la desigualdad para no dejar ningún barrio atrás, no pueden seguir padeciendo de forma más virulenta las personas de las zonas con menor renta y mayor densidad de población, como las barriadas de La Palmilla o La Corta; núcleos de la periferia como Los Asperones o las áreas de la carretera de Cádiz con edificios construidos hace más de 50 años”.
“Es precisa una transformación integral hacia un modelo de gobierno más social y sostenible. Desde el principio de la pandemia comenzamos a reclamar medidas para paliar la brecha social y evitar que se agudizasen las desigualdades por causa del virus. Con propuestas e iniciativas como el aumento de las ayudas sociales, programas eficientes de repartos de alimentos, mascarillas o equipos informáticos para la educación online. Y desde el punto de vista de la planificación urbana apuntamos en diversas mociones la necesidad de habilitar nuevas zonas de esparcimiento en los barrios, aumentar la ratio de zonas verdes por habitantes o crear más áreas peatonales con propuestas como el diseño de supermanzanas a través de la reordenación del tráfico para crear más espacios para el disfrute y el esparcimiento ciudadano. Todas ellas rechazadas por el equipo de gobierno”, recuerda Sguiglia.
“El alcalde debe dejar de actuar como promotor urbanístico e inmobiliario y entender que el principal desafío que de nuestra ciudad es combatir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía malagueña, especialmente quienes viven en los barrios populares”, sentencia Sguiglia.