Estimada compañera,

Estimado compañero:

Sirvan estas palabras para desearte unas felices fiestas. Las sientas como las sientas, las compartas con quienes las compartas, vívelas como los ancestros las entendieron: el inicio de un nuevo tiempo más próspero. Desde Saturnalia, festividad agrícola por excelencia, hasta la Navidad cristiana, pasando por innumerables culturas y religiones, se celebra en estas fechas el nacimiento de algo nuevo.

Eres (de) Izquierda Unida porque tienes esperanzas, fundadas en la convicción de que la humanidad, hasta en las peores situaciones, ha sido capaz de avanzar. Para ello, se ha tenido que servir de la cooperación, base y origen de la fraternidad. Eso te invito también a celebrar con quienes consideres tus hermanas y hermanos. Algunas y algunos ya no están entre nosotros, por lo que es momento, igualmente, de recordar.

Que el estrés y fervor consumista con el que pretenden envolver estas fiestas no te impida aprovecharlas para dar y recibir cariño y proyectar nuevos deseos. Y descansar. Es tu tiempo y el de los tuyos, aprópiatelo como acto de rebeldía. Tras las fiestas nos necesitamos cargados de energía para recoger lo sembrado. No por casualidad, en Saturnalia se celebraba el término de los trabajos de siembra y la infalibilidad del sol para la buena cosecha.

Hemos pasado un año dificilísimo y extenuante por las citas electorales, en el que tu compromiso ha sido fundamental para los resultados obtenidos. Nuestro pueblo tiene expectativas de que sus malestares y anhelos serán la brújula del nuevo gobierno que se forme con Unidas Podemos.  Hará falta más esfuerzo, todavía, de nuestra parte. Sin duda, en las instituciones, pero más aún, en las calles. Hemos sembrado ilusión y ahora toca evitar que se frustre la cosecha. De ella depende el bienestar de nuestro pueblo.

Saludos fraternales,

Toni Valero