Hace unos días se celebró un pleno extraordinario y urgente para aprobar una modificación de crédito de 45,8 millones de euros. El gobierno de Beardo modificó de golpe casi la mitad del presupuesto con una operación con muchas sombras y que cuenta con el informe desfavorable de la Intervención municipal.

Esta modificación es una locura compuesta de varias locuras. Por ejemplo, algo a lo que ya nos tiene acostumbrado el Partido Popular: destinar 3 millones de euros para tapar los agujeros de la privatización de APEMSA, un regalo a Aqualia-FCC que pactaron en su día PP y el extinto Partido Andalucista. El modelo es perverso: o se sube el agua al ciudadano o se le paga directamente a la empresa privada vía presupuesto. Sea como sea, Aqualia siempre gana gracias al Partido Popular.

Pero lo peor de todo vino con Suvipuerto, la empresa municipal de vivienda. Una empresa municipal, un gobierno del PP, Beardo por medio y dos aparcamientos subterráneos. Dicen que la historia siempre se repite. Suvipuerto amplía capital: 21,8 millones de euros para ejecutar un aparcamiento subterráneo en la plaza de la pescadería y otro en la bajamar. Este último, se supone, iba a hacerlo la Autoridad Portuaria. Otra entidad a la que le va muy bien cuando el PP gobierna El Puerto.

Con esta modificación, Beardo ha cambiado la naturaleza de Suvipuerto. La ecuación es clara: 3 de cada 4 euros de Suvipuerto ahora van para hacer aparcamientos, no para garantizar el derecho a la vivienda. Esto es gravísimo porque Suvipuerto ofrece ahora mismo 300 familias en alquiler social. Familias que, sin Suvipuerto, no tienen casa a la que ir.

Suvipuerto se ha convertido en la nueva Impulsa. Cambia su naturaleza para priorizar el hormigón y el negocio sobre las necesidades sociales. Lo han hecho de golpe, mediante una modificación de crédito y con un pleno extraordinario y urgente. Este es el modelo del Partido Popular. Gobernar pensando, primero, en como hacer negocios para sus amigos y luego ya, si eso, en los portuenses.