Hace más o menos tres años de los primeros plenos a los que asistimos con el gobierno de los autodenominados 'preparados', asistimos a la que sería la profecía más certera. Le tocaba el turno de palabra al que por entonces era teniente de Economía y Hacienda el señor Bello y decía: "los chiringuitos de izquierdas se acabaron, hemos llegado para acabar con ellos y quien los maneja."

Con esa frase y sus acciones posteriores hemos asistido a lo que está siendo el gobierno más in-participativo e individual de todos los gobiernos municipales que conocemos hasta ahora. Si hiciésemos memoria y un recorrido por el panorama social y vecinal veríamos que este gobierno ha lapidado todo lo que conllevase una participación colectiva fuera del control autoritario del propio Ayuntamiento.

Presupuestos municipales sin participación ninguna, ni de colectivos, oposición, tejido asociativo, desmantelamiento de la red vecinal, fulminando el tejido social quitándole las subvenciones (herramientas económicas que son imprescindibles para llevar a cabo sus actividades), recortando partidas presupuestarias a áreas que inciden directamente sobre la ciudadanía, Presupuestos Participativos y así un largo etcétera que nos ha reportado todo esto a la ciudad que nos encontremos dentro de una vorágine de servicios comunes esenciales interrumpidos o eliminados debido a todas estas últimas cuestiones que os relato.

Y es que es más fácil tener un gobierno individual que una participación colectiva ¿sabéis por qué? Porque una participación colectiva conlleva eso, acatar lo mejor para la sociedad civil y no los intereses partidistas, e hilando con esa frase tan lapidaria de Bello me pregunto yo, la FLAVE, el Centro de Salud Ángel Salvatierra, el área de igualdad, los presupuestos municipales, el programa que llevaba a cabo la Asociación de Párkinson, el comedor municipal, la guardería municipal, los diversos colectivos sociales … ¿todos esos eran chiringuitos de izquierdas?

Todos esos eran servicios colectivos dirigidos a la ciudadanía de El Puerto Santa María, los cuales se han ido recortando, ahogándolos en una precarización absoluta, incluso otros, desapareciendo. Y es que cuando un equipo de gobierno entra a gobernar tiene que hacerlo en pro de la ciudad, de sus votantes, pero también de sus no votantes que son también ciudadanos, pero lo más importante es que lo debe hacer bajo la responsabilidad individual del cargo pero mejorando la colectividad de la mayoría común y más amplia.

Con la dignidad no se come, pero un pueblo sin dignidad termina de rodillas y sin comer, ningún proyecto de ciudad prospera individualmente.