El silencio es cómplice

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Publicado:5 de Septiembre de 2025
En los últimos días, una nueva flota de barcos ha zarpado hacia Gaza con el objetivo de romper el bloqueo israelí y llevar ayuda humanitaria a Gaza. Más allá de la carga material que transportan, lo más valioso es el mensaje político y humano que transmiten: el pueblo palestino no está solo. Desde distintos rincones del mundo, miles de personas muestran su apoyo y solidaridad con Palestina, organizan manifestaciones, actos culturales, campañas en redes sociales y acciones de denuncia y visibilización frente a la pasividad y complicidad de los gobiernos e instituciones internacionales.
Vivimos un tiempo en el que la violencia contra la población palestina se retransmite en directo, a través de imágenes que llegan a nuestros teléfonos y televisores. Se trata de un genocidio televisado, visible para todos, imposible de negar. Cada día somos testigos de la matanza de niños y niñas palestinas, hospitales bombardeados y familias enteras destrozadas. Y, sin embargo, los organismos que deberían garantizar la paz y el respeto al derecho internacional optan por la inacción. Prefieren callar, medir sus palabras o emitir comunicados vacíos, porque anteponen intereses económicos, geopolíticos y estratégicos al derecho a la vida.
Este contraste resulta insoportable: mientras la ciudadanía se moviliza, arriesga y denuncia, quienes ostentan el poder diplomático y político deciden mirar hacia otro lado. La flotilla hacia Gaza se convierte así en símbolo de una solidaridad activa que desafía a la indiferencia institucional.
En todo esto hay una verdad incómoda y que no podemos ignorar: el silencio no es neutral. Callar frente a un genocidio equivale a otorgar complicidad a los verdugos. Las sociedades no pueden permanecer impasibles cuando la historia se repite con tanta crudeza y cuando la memoria nos advierte del peligro de la indiferencia.
Por eso, cada gesto de apoyo al pueblo palestino importa. Porque en un mundo donde las instituciones han fallado, es la gente común la que mantiene viva la esperanza de justicia y de libertad.
¡Viva Palestina libre!