El hambre no da votos

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  • Publicado:
    8 de Abril de 2022

Dos años sin comedor social. 730 días sin tener las personas más vulnerables de nuestra ciudad ninguna alternativa para combatir el hambre.

Allá por el 2020 sucedía un hecho histórico: una pandemia dejaba al mundo confinado y paralizado. Con ello, El Puerto cerraba el comedor social, limitando a cero las posibilidades de que una persona con precariedad pudiese comer al menos una sola vez al día. En ese tiempo la solidaridad obrera salió al paso a través de varios movimientos vecinales altruistas que se organizaron para sustituir esas carencias municipales.

Dos años después, sin confinamiento y con todos los servicios funcionando con normalidad, seguimos aún peor. Vemos cómo una ciudad de 90.000 habitantes no sólo no tiene un sitio donde la población más vulnerable coma con dignidad, sino que tampoco contamos con un lugar donde estas personas puedan pernoctar cuando llueve y hace frío, puedan ducharse o simplemente lavar su ropa.

El Puerto, a día de hoy, no cuenta con un comedor social digno, cuenta con colas del hambre donde quienes la hacen esperan un reparto de comida (lo coges y te lo comes donde buenamente puedas), realizada por un catering, única y exclusivamente de lunes a viernes. En este reparto no existen los desayunos ni las cenas, además de que los fines de semana, festivos y puentes no hay servicio. 

A todo esto, hay que sumarle la humillación a la que estas personas tienen que hacer frente para entrar a por una bandeja de comida: colas a la intemperie, identificación de DNI, además de la presentación de una serie de documentos. Burocracia hasta para poder comer, como si el hambre entendiese de eso. 

Y es que sabemos que para este equipo de gobierno no son importantes los servicios sociales, como tampoco lo es su población más precaria y vulnerable, a la que abandona a su suerte sin ninguna alternativa real. Una ciudad que tiene más política de marketing y fiesta que políticas sociales es una ciudad cínica y sin alma.

El área de bienestar social y su edil deben trabajar por poner en marcha un comedor social que esté a la altura de lo que las ciudadanas y los ciudadanos se merecen y garantizar unas políticas sociales que protejan a las personas más vulnerables de nuestra ciudad. 

El Puerto no puede tener ciudadanos y ciudadanas de primera y de segunda, todo ello incentivado por la nula capacidad de gestión de este equipo de gobierno.

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