Cómo afectará el Beardismo y la Gran Ciudad

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Publicado:2 de Mayo de 2025
La estructura de un ayuntamiento debe ser neutral para garantizar el funcionamiento de la administración local, pero puede desembocar en una administración que favorezca a un partido y dificulte la aplicación de otras políticas. Esto último es lo que Beardo está haciendo con la reestructuración municipal, amparada por el estatus de Gran Ciudad: crear una administración a su medida.
A continuación, comentaré cinco decisiones y sus futuras consecuencias:
En diciembre de 2024 se unificaron Infraestructura, Medio Ambiente y Urbanismo en una sola área denominada “Área de Ordenación, Desarrollo Urbanístico y Vivienda Pública”, buscando, y cito textualmente: “garantizar una administración más eficiente y simplificada, ofreciendo a ciudadanos, inversores y promotores acceso a servicios centralizados que faciliten los trámites de inicio a fin”. Sin embargo, solicitar una licencia de obra menor online antes se realizaba en la sede electrónica municipal y ahora, si no la haces a través del registro general de la administración del Estado, será imposible que te la concedan, por lo que la simplificación y eficiencia, de momento, no parecen funcionar.
Esta centralización está diseñada para que la futura toma de decisiones estratégicas quede en manos de cargos designados por el actual gobierno, lo que sin duda dificultará la implementación de políticas diferentes a corto plazo.
El nombramiento de la directora del Servicio de Gran Ciudad, Función Pública y Organización Municipal, o el “famoso” coordinador general del Ayuntamiento y sus nada despreciables emolumentos, van a consolidar una estructura técnica alineada con la visión del gobierno actual, que podría suponer un obstáculo para futuros gobiernos con prioridades distintas.
Hasta ahora, ningún gobierno municipal había establecido contratos y concesiones a largo plazo con empresas privadas, pues Beardo y su gobierno han otorgado a FCC un contrato por 10 años y 170 millones para la recogida de basura y limpieza viaria, blindando a dicha empresa para dos mandatos más después del actual. Este ha sido el primer servicio, porque autobuses, pistas deportivas o ayuda a domicilio serán los siguientes.
En el plano económico, ni que decir tiene que, cuando Beardo, como sucedió con Moresco-Candón, salga del Ayuntamiento, dejará una situación financiera ajustada, con poco margen para gasto social o inversión pública, ya que estarán amarrados los contratos y obligaciones a futuro, limitando así la capacidad de futuros gobiernos.
Toda esta reestructuración que Beardo está realizando, parapetado en el estatus de Gran Ciudad, tendrá un impacto duradero, favoreciendo la continuidad de las políticas actuales y dificultando cambios significativos por parte de gobiernos futuros.
La estructura de un ayuntamiento debe ser neutral para garantizar el funcionamiento de la administración local, pero puede desembocar en una administración que favorezca a un partido y dificulte la aplicación de otras políticas. Esto último es lo que Beardo está haciendo con la reestructuración municipal, amparada por el estatus de Gran Ciudad: crear una administración a su medida.
A continuación, comentaré cinco decisiones y sus futuras consecuencias:
En diciembre de 2024 se unificaron Infraestructura, Medio Ambiente y Urbanismo en una sola área denominada “Área de Ordenación, Desarrollo Urbanístico y Vivienda Pública”, buscando, y cito textualmente: “garantizar una administración más eficiente y simplificada, ofreciendo a ciudadanos, inversores y promotores acceso a servicios centralizados que faciliten los trámites de inicio a fin”. Sin embargo, solicitar una licencia de obra menor online antes se realizaba en la sede electrónica municipal y ahora, si no la haces a través del registro general de la administración del Estado, será imposible que te la concedan, por lo que la simplificación y eficiencia, de momento, no parecen funcionar.
Esta centralización está diseñada para que la futura toma de decisiones estratégicas quede en manos de cargos designados por el actual gobierno, lo que sin duda dificultará la implementación de políticas diferentes a corto plazo.
El nombramiento de la directora del Servicio de Gran Ciudad, Función Pública y Organización Municipal, o el “famoso” coordinador general del Ayuntamiento y sus nada despreciables emolumentos, van a consolidar una estructura técnica alineada con la visión del gobierno actual, que podría suponer un obstáculo para futuros gobiernos con prioridades distintas.
Hasta ahora, ningún gobierno municipal había establecido contratos y concesiones a largo plazo con empresas privadas, pues Beardo y su gobierno han otorgado a FCC un contrato por 10 años y 170 millones para la recogida de basura y limpieza viaria, blindando a dicha empresa para dos mandatos más después del actual. Este ha sido el primer servicio, porque autobuses, pistas deportivas o ayuda a domicilio serán los siguientes.
En el plano económico, ni que decir tiene que, cuando Beardo, como sucedió con Moresco-Candón, salga del Ayuntamiento, dejará una situación financiera ajustada, con poco margen para gasto social o inversión pública, ya que estarán amarrados los contratos y obligaciones a futuro, limitando así la capacidad de futuros gobiernos.
Toda esta reestructuración que Beardo está realizando, parapetado en el estatus de Gran Ciudad, tendrá un impacto duradero, favoreciendo la continuidad de las políticas actuales y dificultando cambios significativos por parte de gobiernos futuros.