Si hay algo que compartimos muchos portuenses, es el talento comunicativo del alcalde y su equipo. El NODO en formato Facebook. Una idea se vende seis veces antes de hacerse realidad. ¿Cuántas veces se ha anunciado el inicio de las obras de la pasarela? Una de las especialidades del alcalde es, sin duda, la de pasar como propios proyectos e ideas que no son suyos. El último ejemplo lo hemos visto con el proyecto del Arco de la Trinidad, una problemática dada a conocer por la asociación Betilo y que Izquierda Unida incluyó en las alegaciones que presentamos al presupuesto de 2022. En aquel entonces, a BETILO se le dijo que la actuación no era urgente y la alegación de Izquierda Unida fue rechazada. Sin embargo, ahora el alcalde lo vende como una brillante idea nacida de su “gran gestión”. La realidad, sin embargo, es muy distinta.

Este no es un caso aislado. Beardo ha construido su imagen de gran gestor a base de herencias recibidas. La ITI de los Milagros, la reforma del Hospitalito, la rehabilitación del Hospital San Juan de Dios, el Museo de los Cargadores a Indias, el Paseo Fluvial o el programa de Ciudad Amable son proyectos que nacieron bajo el anterior gobierno progresista, con una participación destacada de Izquierda Unida. Algunos recibieron fuertes críticas del entonces portavoz del PP. Hoy, sin rubor, Beardo se pone la medalla en cada anuncio de inauguración como si todo fuera mérito suyo.

Lo único que sí lleva su sello son decisiones que retratan su modelo de ciudad: subidas de sueldo a sus allegados políticos, convertir el Ayuntamiento en una herramienta chanchullos o poner la ciudad a los pies de sus amigos del ocio nocturno. No hay un plan de futuro, solo fotos, y las pocas gestiones propias se envuelven en toneladas de propaganda. Pero la burbuja mediática en la que vive Beardo y los suyos se va resquebrajando. Cada vez más portuenses se dan cuenta de cuáles son las prioridades del Beardismo, qué intereses se defienden y para quién se gobierna.