UPporA solicita a Diputación el reconocimiento de las competencias y experiencia adquiridas por las personas cuidadoras familiares en el entorno domiciliario

González: “Tras su invisible pero inmensa dedicación al cuidado de personas dependientes, la posibilidad de obtener un reconocimiento profesional a estas mujeres es un paso más, de tantos por dar, para derribar las barreras de entrada y la precariedad sistémica a las que se enfrentan en el mercado laboral, para así avanzar hacia la plena igualdad entre hombres y mujeres”

Unidas Podemos solicitará a Diputación que se impulse una convocatoria específica para personas que cuiden a familiares dependientes con el fin de “reconocer profesionalmente su experiencia laboral en materia de dependencia, dando prioridad en la convocatoria a mujeres que se encuentren en situaciones de especial vulnerabilidad”.

La portavoz de la formación, Maribel González, subraya que “tras su invisible pero inmensa dedicación al cuidado de personas dependientes, la posibilidad de obtener un reconocimiento profesional a estas mujeres es un paso más, de tantos por dar, para derribar las barreras de entrada y la precariedad sistémica a las que se enfrentan en el mercado laboral, para así avanzar hacia la plena igualdad entre hombres y mujeres”.

El acceso a la formación es otra de las propuestas que UPporA trasladará a la comisión informativa de Servicios a la Ciudadanía de Diputación, y de este modo, y de forma complementaria a la anterior medida, instará a que se  ofrezca a las personas solicitantes la posibilidad de completar su formación con cursos ofrecidos por la Junta de Andalucía; formación que podrá ser incentivada con ayudas económicas. A su vez, las personas solicitantes verán convalidados los créditos de parte de las asignaturas y la totalidad de las prácticas de los ciclos formativos relacionados con la atención sociosanitaria.

La diputada Teresa Sánchez, recuerda que “esta situación normalizada del rol de cuidadoras genera un importante hándicap para las mujeres en el acceso al mercado de trabajo. Aun habiendo sido trabajadoras, la falta de reconocimiento público de su experiencia, principalmente por el escaso valor que en ocasiones se les da a los cuidados, desde una concepción estrictamente mercantilista, propicia que se encuentren completamente devaluadas desde el inicio en el proceso de acceso a un empleo”.

Para  visibilizar este desempeño, Unidas Podemos pedirá que las medidas anteriores se complementen con una campaña comunicativa “que permita dar a conocer esta convocatoria y formación a la mayor parte de las personas interesadas en obtener el reconocimiento profesional en cuestión”.

Tal y como se recoge en el número 3 de “Cuadernos para la salud de las mujeres”, del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), los cuidados que asumen las mujeres tienen un coste en su propia salud, y también en otras esferas de la vida, como la económica, social y personal. La teoría se encuentra respaldada por los datos. Según el Instituto Europeo de Igualdad de Género, el 84,5% de las mujeres realizan labores domésticas y/o de cocina, mientras que el porcentaje de hombres que afirman realizar dichas tareas es de un 41,9%. A su vez, también se contempla que el 25% de las mujeres españolas reconocen no tener un trabajo remunerado por realizar trabajos de cuidados no remunerados (el porcentaje en hombres es del 3%).

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE) contempla que en España, en el año 2020, cerca de un 25% de mujeres (de 25 a 54 años) empleadas con un hijo/a o más trabaja a tiempo parcial, frente al 4-5% de hombres. Más del 50% de las mujeres alega trabajar a tiempo parcial, como consecuencia del cuidado de personas dependientes, el no haber podido costear los servicios de cuidados de hijos, adultos enfermos y discapacitados o personas mayores.

La feminización de los cuidados alcanza uno de sus máximos exponentes cuando se trata de mujeres con una dedicación exclusiva al cuidado de familiares dependientes. En Europa, el 80% de los cuidados a personas dependientes son realizados por mujeres. El perfil de las cuidadoras es el de una mujer de 45 y 65 años, que son madres o hijas de las personas que son cuidadas.