El pasado mes de octubre, la Diputación Provincial de Huelva aprobó por unanimidad una iniciativa con la que el portavoz de Unidas Podemos en esta institución, David F. Calderón, proponía “soluciones” para acabar con el “cada vez más grave problema de los vertidos de aguas residuales en el río Múrtigas”. Calderón señala que “nuestro objetivo al presentar esta iniciativa no se limitaba a obtener el respaldo del organismo provincial a la misma, sino a que se pongan en marcha las medidas concretas que recogía” para que el cauce del río Múrtigas y el valioso entorno natural que lo rodea deje de “degradarse por los vertidos”. Por ello, Calderón considera que la Diputación tiene que ponerse “manos a la obra de manera urgente” para convocar a los diferentes sectores productivos, instituciones públicas y organizaciones sociales relacionadas con el territorio por el que discurre este río de la Sierra de Huelva para “entre todos, abordar las actuaciones necesarias para acabar con los vertidos que afectan a su cauce y que no pueden prolongarse más en el tiempo”.

La iniciativa aprobada por la Diputación de Huelva recogía además el compromiso de este organismo para reclamar a la Confederación Hidrográfica del Guadiana que ejerza un control eficaz sobre los vertidos, además de poner en marcha una campaña de concienciación dirigida a promover la preservación ambiental del río Múrtigas, en colaboración con todos los municipios por los que pasa dicho río.

Calderón advierte que desde hace más de una década “se han disparado los vertidos de aguas residuales sin depurar en el río Múrtigas”, lo que requiere de un plan de choque para acabar con esta situación y de la implicación de todos los agentes sociales y económicos, así como las instituciones competentes para frenar el deterioro medioambiental de este río y sus terrenos ribereños, “antes de que los daños provocados por los vertidos se vuelvan irreversibles y acaben con la vida natural y el ecosistema de la zona”.

El río Múrtigas es el más largo de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, con más de 80 kilómetros de extensión, desde su nacimiento en Fuenteheridos hasta su desembocadura en el río Ardillas, en Portugal. Este río atraviesa hasta siete términos municipales de localidades serranas, constituyendo un valiosísimo entorno natural, cuyo patrimonio ecológico, paisajístico y etnográfico “está amenazado de dejar de ser un valor económico y turístico” para esta parte de la Sierra onubense por el incremento de los vertidos de aguas residuales.