Hace 45 años, el 4 de diciembre de 1977, millones de andaluzas y andaluces salieron a la calle reivindicando la autonomía plena con la que Andalucía pudiera desplegar todas sus potencialidades, a través del reconocimiento de nuestra identidad política y cultural, para acabar con la pobreza y la injusticia social. Aquel fue un día en el que el pueblo andaluz demostró su fuerza y su deseo de libertad pero que se tiñó de luto por el asesinato de Manuel José García Caparrós al que hoy volvemos a rendir homenaje.

Ese 4 de diciembre constituyó una imparable marea que venció todos los obstáculos que pusieron las fuerzas reaccionarias y centralistas para impedir que Andalucía, como nacionalidad histórica, alcanzase el máximo nivel de autogobierno en el conjunto de los pueblos de España.

En este proceso, los ayuntamientos tuvieron un protagonismo decisivo ya que fueron los que pusieron en marcha, tras las primeras elecciones municipales democráticas, la iniciativa autonómica por la vía del 151. Hacía falta la aprobación de las tres cuartas partes de los municipios de cada provincia en el plazo de seis meses, lo que se consiguió por una holgada mayoría.

Hoy la aceleración de la emergencia climática y la crisis ecológica, la remilitarización de las relaciones internacionales, la inflación generalizada, el aumento de la desigualdad o la amenaza autoritaria, configuran una malla de amenazas que nos sitúan ante una disyuntiva tan crucial como la que aconteció a finales de los años setenta y comienzo de los ochenta del pasado siglo.

La crisis ecológica se está manifestando con especial dureza en Andalucía: al calor sofocante de este largo verano climático se ha unido el aumento y la gravedad de los incendios forestales y la escasez de agua. Seguimos teniendo una situación de desigualdad estructural, tal como reflejan todos los indicadores sociales y económicos respecto a la media española, con una tasa de paro que, sea cual sea el ciclo, se mantiene con un diferencial de seis o más puntos porcentuales. 

Las recientes elecciones le han dado la mayoría absoluta al PP que ahora se disfraza con un falso andalucismo como coartada para vaciar de contenido nuestra Autonomía, secuestrando el desarrollo del estatuto de Autonomía, para deteriorar nuestros servicios públicos y privatizar la sanidad y la enseñanza, mientras les baja los impuestos a los grandes patrimonios.

También Moreno Bonilla habla de revolución verde mientras no hace nada frente a la emergencia climática, es más quiere legalizar los pozos ilegales que secan aún más Doñana, incluso potencia el consumo de los recursos hídricos, reduce las garantías medioambientales, acelera el urbanismo salvaje o mira para otro lado frente a la despoblación rural.

Por todo ello adquieren especial importancia las próximas elecciones municipales. Los municipios pueden constituirse en el sujeto de cambio tal como ocurrió con la conquista de la Autonomía ante el reto de transformar nuestros pueblos y ciudades durante la próxima legislatura.

Si entonces fue comenzar la conquista de la autonomía plena, ahora es impulsar la transición verde con justicia social frente a la dependencia y la subalternidad económica que seguimos padeciendo, con un desarrollo integral del Estatuto, acrecentando nuestra autonomía estratégica especialmente en energía, innovación, industria y alimentos.

Necesitamos movilizar una mayoría social para conformar gobiernos municipales de progreso que puedan crear empleo, adaptarnos y combatir el cambio climático, eliminar la pobreza, disfrutar de unos servicios públicos de calidad, conquistar la plena igualdad de género, potenciar la cultura y la participación política.

Quienes conformamos la coalición POR ANDALUCÍA, somos conscientes de la trascendencia de estas próximas elecciones municipales. Sabemos que son una cita histórica en la que los partidos y las organizaciones progresistas andaluzas tenemos que ser capaces de ofrecer una expectativa real de cambio. Las personas trabajadoras, la gente joven, quienes padecen el paro, las mujeres, los pensionistas, los profesionales de la cultura, los pequeños empresarios y los autónomos, las mareas, los sindicatos, las organizaciones ecologistas, feministas y vecinales, toda la Andalucía comprometida tenemos que activarnos y volver a conquistar el futuro para transformar Andalucía, tal como aconteció en aquel 4 de diciembre de 1977.