El Estatuto de Autonomía de Andalucía establece que el derecho constitucional a la salud se garantizará mediante el sistema sanitario público de carácter universal. Sin embargo, la mala gestión de Moreno Bonilla y su falta de voluntad por invertir en nuestros servicios públicos está comprometiendo nuestra sanidad.

Las demoras en la atención primaria están provocando la saturación de las urgencias hospitalarias y los tiempos de espera son inaceptables para pruebas diagnósticas u operaciones quirúrgicas. Además, el Gobierno andaluz desatiende la salud mental, y sigue sin garantizar que el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo pueda ejercerse en la pública en las ocho provincias de Andalucía.

Una situación que contrasta con los contratos multimillonarios que el Gobierno andaluz está firmando con las clínicas privadas. Para el año 2023, la Junta va a incrementar las derivaciones a la sanidad privada en un 25%. Además, los contrarios precarios que ofrece la Junta al personal sanitario está provocando una fuga de profesionales a otras comunidades u otros países. 

Moreno Bonilla sigue en Andalucía la estrategia de privatización que el PP despliega allí donde gobierna, ya sea Madrid, Castilla y La Mancha o Andalucía. El perjuicio para la ciudadanía y para el personal sanitario ya ha adquirido tintes trágicos.

Movilízate. Organízate. Salvemos la sanidad pública andaluza. Es la nuestra.

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